ADIOS A ICA

Las despedidas siempre son amargas y más si cuando marchas no tienes claro que algún día volverás. Aquella campaña de ayuda a los damnificados del terremoto de ICA que se engendró durante el puente de la virgen en mi recondito estudio de Almuñecar ojeando en el Ideal las dramáticas fotos de los cuerpos alineados en la Plaza de Armas puede tener los días contados. Los motivos son varios.
El primero de ellos y más importante la falta de recursos. Cada vez viajamos con menos ayuda o lo que és igual con menos dinero. La sensibilidad de la ciudadania, de las empresas o de las propias instituciones se dirige a los paises que son objetos de las últimas catástrofes, desgraciadamente no cejan las continuas desmotraciones de fuerza de la naturaleza, las cuales además de destruir ciudades se lleva por delante un gran número de victimas, ajenas dias antes a los imprevisibles acontecimientos. Por otra parte, trascurridos 9 meses desde el terremoto todos podemos pensar que la situación en ICA de caos y destrucción se ha paliado o que en gran parte se ha reconducido a la normalidad y que por tanto ya no hace falta la ayuda.
En esta ocasión viajabamos con una aportación bastante exigua, excasamente 22.000 Euros. No obstante, la minuscula ayuda ha dado para mucho.
26 sillas de ruedas.
Alimentos para 49 comedores y 1 albergue de niños.
Asistencia sanitaria para 97 personsas
Construcción de 8 modulos de madera con base de hormigón de 4 x 8. (Destinados 2 de ellos a guardería. Lo que permitirá que la madres puedan trabajar en el campo. En otro se ha instalado un Centro de Recursos para desarrollar actuaciones formativas. Y otros 5 conjugan comedor con taller artesal. Los objetivos mejorar las condiciones higienico sanitarias de los lugares donde cocinan de forma colectiva e impartir aprendizaje en corte y confección, cerámica, juguetería, bisutería, a etc. el fín es la busqueda de recursos a través de la comercialización interna y externa de las prendas y objetos elaborados.)
Construcción de 4 modulos para albergar a 8 familias que vivian en la calle. Literalmente en la calle.
Todo esto una vez más se ha hecho gracias a la contribución de los granadinos. Principalmente gracias de las administraciones locales. Ayuntamientos como el de Atarfe, Cijuela, Jun, Albolote, Peligros, Chauchina, Fuente Vaqueros, Armilla, Cullar, Zararraya y algún otro más y a la Asociación Armilla Solidario todo un ejemplo de compromiso con los más necesitados.
Pero esto se termina el que ha contribuido dificilmente volverá a hacerlo y que nó lo ha hecho dificilmente lo hará. Esta circunstancia junto a otras me llevan a pensar que el grifo de la esperanza ha dejado de hechar agua.