sábado, 26 de abril de 2008

PUNTO Y FINAL A LAS JORNADAS DIVULGATIVAS DE LOS VINOS DE GRANADA

TRABAJO CUMPLIDO. El balance de las jornadas muy positivo. Las felicitaciones de las participantes se multiplican e implican un compromiso de mejorar, si cabe, en las siguientes.
Agricultores, bodegueros, distribuidores, hombres y mujeres de la administración, medios de comunicación, todos por una vez coinciden en una afirmación, cuanto menos obvia, en Granada hay vino y además es de buena calidad. Esto que como digo es una obviedad parace que muchos ciudadanos aún no lo saben y cometen el error, una y otra vez, de rendirse a los pies del tabernero cuando les aconseja este o el otro caldo de procendencia centro española. Claro en este caso no se da la máxima del cliente siempre lleva la razón, como profanos de la copa nos dejamos llevar por los sentimientos o más bien escrupulos del camarero de turno que con su saber enológico nos hace tomar lo que la operación comercial del dos por una a deparado esta semana. Hombre sabemos que esto del vino es complicado y que produndizar en el mundo del vino no es nada facil, además, a mí no me cuesta nada sincerarme c0n quien me pregunta "oye como te fué el curso de cata de vinos" y sin pelos en la lengua mi respuesta no se hace esperar "hoy sé menos de vinos que ayer", y es que la verdad entender todo ese vocabulario abstracto del mundo de los vinos a mi me resulta muy complicado, que si este vino en boca es redondo, que si la lengua (la del vino) indica que hay que consumirlo pronto, que si sabe a frutas del bosque, y así un largo etc. Y es que la profesión de enologo requiere cuanto menos una nariz, un paladar y una memoria fuera de lo comun. Un set de olores, tan viriopintos como pan tostado, cuero, arándanos, mantequilla, roble, ñú, limon, lavanda, musgo, paja, antilope, y así hasta 200 olores, fragancias y edores, que el maletin, por cierto de origen francés, contenia y que nos llenaba las tarde de aquel curso de cata de vinos en Lachar. Además Antonio López enologo de 4 bodegas de Granada no se cansaba en decirnos que el buen conocedor de vinos es el que sabe memorizar los olores. Yó por ahora me limitaré a seguir organizando jornadas de vinos, eso sí, de Granada y a paladear con mis amigos ese liquido que históricamente lo han asemejado a la sangre de cristo.

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