martes, 4 de marzo de 2008

EL AGOTAMIENTO SE COMPENSA CON LA GRATITUD DE LOS IQUEÑOS.

Este momento corresponde al día de ayer, el trabajo de la jornada no me permite cumplir con algunas de mis obligaciones, entre otras, la de informar día a día nuestro trabajo en la Zona Cero. Posiblemente una breve reseña hubiera sobrado porque en ICA todos los días tienen el mismo denominador común, la secuencia de las imágenes y de los momentos se repite, las esteras, el polvo, el calor, los palos que soportan el techo a modo de pilares, las cañas, los zancudos (mosquitos con acento peruano), las pulgas, el plástico que triplica la temperatura en el interior de las chabolas, superando a veces los 65 grados, las caras hechas tiras por el sufrimiento, el edor, la miseria, la necesidad, la esperanza, el discurso lejano de un predicador, la suciedad, la mirada pérdida de los desesperados, la fe de que vendrán tiempos mejores o el interrogange de hasta cuando se mantendrá esta situación, además de la pregunta sin respuesta de porqué me habrá tocado a mí vivir en este mundo. Esto que es el pan de cada día se repite hasta la saciedad, lo peor no saber hasta cuando se mantendrá esta situación. Lo cierto que despues de 7 meses la tempestad de la pobleza aún no ha remitido y pienso que deberá pasar mucho tiempo para que algo cambie aquí. La ayuda granadina, aunque insuficiente, cada vez es más esperada por los damnificados a modo de pomada que alivie la costante necesidad. No pasa día que a las puertas del cuartel general de de la campaña SOS PERU, es decir, el Hotel Austria, esperan nuestra llegada un numeroso cortejo de personas enfermas o sin más recursos que su DNI para implorarnos ayuda. Zoila, la señora que regenta actualmente el hotel, ya forma parte de nuestro equipo, su trabajo el dar las citas que nos permitiran ordenar el continuo flujo de visitas de pacientes. Lo tengo claro en este equipo caben todas y todos. Si te animas contamos contigo.

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